3 Incomparables apoyos
Hay una parte del futuro que es impredecible, y son las circunstancias que deberán atrevesar.
El mundo adulto de ellos va de los años 2025 al 2050
Casi ni los futurólogos lo pueden adivinar, ya que sin duda, será un mundo como el de hoy, VUCA Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, término inicialmente utilizado por la Escuela de Guerra del Ejército de los E.E.U.U. y a partir de los 90´s utilizadas en todos los campos incluso el empresarial, se vuelve ahora más pertinente que nunca con y después de la pandemia.
Es decir las circunstancias, no la podrán determinar, incluso en algunos casos ni preveer.
Pero hay algo que nuestros hijos si pueden prever, es como reaccionarán a esos desafíos. Me refiero a si tendrán ciertas habilidades y competencias de carácter, emocionales, espirituales, intelectuales, para enfrentar los mismos.
Es ahí donde entraremos los padres, y me refiero, si al futuro, por lo que sembremos hoy.
Hay ciertas cualidades que el colegio y la universidad por si solos no los preparan, de hecho no es responsabilidad del sistema educativo, es primordialmente responsabilidad de los padres.
Por ejemplo:
- Autoestima
- Toma de decisiones
- Valores
- Creencias limitantes : ¨No puedo¨, ¨No soy capaz¨
- Creencias empoderantes : ¨Puedo prepararme¨ ¨Puedo aprender¨
- Hábitos de excelencia
- Disciplina personal
Estos se siembran por un lado por osmosis, pero también hay otros métodos efectivos de transmisión.
A lo largo de la vida, todos necesitamos al menos de tres tipos de acompañantes a lo largo de nuestra vida, además de nuestros padres por supuesto.
Tutores o Maestros:
Son quienes transfieren un conocimiento normalmente específico, con duración más bien pequeña, y con una relación casi uni-direccional. Altamente enfocados en adquirir técnicas y procesos.
Coach:
Aquella persona con habilidades especiales para llegar al centro del corazón y la razón, para despertar curiosidad y reflexión, y apertura a nuevas maneras de ver y pensar. Es aquel que acompañará a tus hijos de una situación actual a una situación ideal escogida por tu hijo mismo, pero quien sabe el camino para acompañarlo.
El mejor ejemplo es el coach vocacional que le acompaña de una situación actual: incertidumbre, duda, confusión, falta de información, inseguridad, a una situación ideal deseada por tu hijo: seguridad, tranquilidad, información, confianza.
En algunos casos, los padres podemos ser maestros o tutores de alguna área de nuestro dominio, el ser coach de nuestros hijos, aún siendo coach profesionales, es muy complejo, y en la mayoría de los casos ni siquiera recomendable por los sesgos emocionales de lado y lado.
Mentor:
Un mentor es una persona o amigo que guía a otra persona con menos experiencia al generar confianza y modelar comportamientos positivos. Un mentor efectivo entiende que su papel es ser confiable, comprometido, auténtico y estar a la altura de las necesidades del aprendiz.
Es un modelo cercano, accequible, enfocado en el mentoreado y modelar comportamientos.
De hecho, esto, en algunos casos debería ser nuestra función primordial como padres, aunque sinceramente será muy difícil en la mayoría, porque seguramente no somos el mejor ejemplo del cual deban aprender en ciertas áreas, quizá como el enojo, la ira, el dinero, nuestro tiempo libre.
¿Cuál es mi responsabilidad?
Si no soy maestro, ni coach ni mentor, cuál es entonces mi rol.
Conseguir, facilitar y proveer los mejores maestros coaches y mentores que pueda poner al alcance de mis hijos. Ese si es mi rol de padre. y por supuesto ser maestro y mentor en las áreas que si lo pueda ser.
Pero mi hijo no puede pagar el precio, de no tener ni maestros ni mentores en las areas que no tengo expertis.
Y por supuesto todos nuestros hijos necesitan un coach, y preferible coach de vida, en el momento de su vida que más lo requieren, cuando muchas y muy importantes preguntas surgen en su cerebro y corazón, a partir de los 15 años, al igual que la primera infancia, donde los niños preguntan ¿porque?, en la adolescencia, su pregunta preferida se transforma ¿Para qué?
El único problema es que o ya no están los padres para cada pregunta, o no quieren respuestas, sino alguien que les ayude a por sí mismos encontrar sus respuestas, necesitan un coach.
Resumen:
Los padres cumplimos una función muy clave, proveer los mejores maestros mentores y coaches a nuestro hijos, ahí habremos cumplido nuestra misión, llevarlos al máximo de su potencial y equiparlos para un mundo que no conocemos y no estaremos, pero ellos si, y estarán plenamente preparados con nuestra ayuda.